Rescate y reflexiones
MGM 12/10/2010
Como la gran mayorÃa de los chilenos (y del resto del mundo, según parece), estoy viendo las transmisiones en directo de la televisión del rescate de los mineros. Y después de varios dÃas de darle vueltas a los gigas de información que han trascendido sobre esto, no puedo sino compartir un par de reflexiones.
- No me convence cuando se trata a los mineros de héroes u otros calificativos análogos. Entiéndanme bien: sà creo que son un ejemplo de espÃritu humano, y sà creo que una vez que pase este episodio sus vidas cambiarán para siempre, que tendrán una oportunidad única de convertirse en figuras de mucha potencia para los ciudadanos de todo el mundo, personificando la esperanza y las ganas de vivir. Pero las cosas en perspectiva, por favor. Estos hombres no eligieron la prueba por la que están pasando, ni su participación en todo esto responde a un fin altruista. No, señores, ellos son vÃctimas de un accidente, y no héroes que deben ser glorificados por el pueblo, como si de salvadores de la patria se tratase. Y por qué es necesario tener claro esto? Porque tarde o temprano estos hombres – normales, llenos de errores y no necesariamente modelos a seguir – se verán enfrentados a la vida después de la mina, y no hay garantÃa alguna de que puedan mantener intacto el pedestal que se les está armando bajo sus pies. No es que los héroes de la vida real tengan una mejor chance en garantizar entereza moral (son hombres comunes y corrientes, no?), pero, al menos en su caso, se trata de personas que han optado por intentarlo. Los mineros – es mi sensación – no desean ser apreciados como mejores ni como modelos a seguir, sino que quieren vivir sus vidas tranquilamente, y una capa no hace más que entorpecer este anhelo.
- Qué pasa si es cierto que no se rescató a los mineros antes porque estábamos esperando a Piñera? Y si efectivamente hicieron coincidir el inicio de las operaciones de rescate con el horario prime de la televisión? A buenas y primeras me provoca rechazo pensar en algo como esto. Llevo un par de dÃas evaluando esta posibilidad y, mientras más plausibilidad toma la hipótesis, más asco me da. Pero después le doy una segunda vuelta (y con esto me gano el abucheo del público) y me entran dudas. Qué tan terrible es que se posponga el rescate unas horas para que coincida con el horario en que una mayor cantidad de gente podrá presenciarlo en directo por televisión? (Voy a asumir que son sólo unas horas y no unos dÃas, que todo cambia si fuera asÃ…) No creo que las personas a cargo de todo esto tengan intenciones distintas de darle valor a la marca que representan (Gobierno de Chile?), pero, al igual que el mejor argumento para defender la Teletón que puedo pensar, hay veces en que la balanza entre lo que se gana y lo que se pierde justifica algunas concesiones. Creo que la suma es bastante simple: sÃ, programar el rescate priorizando elementos de show y buscando la mayor ganancia polÃtica es rechazable; sin embargo, entre lo beneficios cuento al alma nacional (e internacional, que no) siendo alimentada por otra preciosa historia de sobrevivencia, de esas que nutren el hambre de sÃmbolos y figuras de esperanza de las personas alrededor del mundo. Nos llenamos de orgullo por no haber cedido en la búsqueda cuando nada sabÃamos de si estaban o no con vida, y esa porción no racional de nuestros cerebros se llena de júbilo al constatar que no existen imposibles cuando nos lo proponemos. Lindo, no?
- Muy relacionado a lo anterior, me pregunto si se justifica tanto movimiento de los medios alrededor de los mineros y del rescate. Ni siquiera voy a darle muchas vueltas a esto: de todas maneras. Punto. Sin embargo, creo que en todos estos eventos de alto interés público suceden dos fenómenos que, aunque no son terribles, sà molestan. En primer lugar, el contenido de la información no siempre es de la mejor calidad. O no han visto ninguna nota WTF en televisión? Y, lamentablemente, la peor parte sólo está por empezar: una vez que los mineros sean dados de alta por los médicos, comenzarán las entrevistas, las apariciones en estelares y los reportajes a fondo; y entre muchos genuinos intentos por aportar a la necesaria información, se colarán – se los garantizo – muy detestables formas de aprovechamiento mediático (de hecho, ya hemos visto muchos de estos, no?). El segundo fenómeno dice relación con la falta de filtro con que las personas consumen la información que se les entrega. No sé si estoy apuntando demasiado lejos, pero creo que es una muestra más de la pobre educación que recibe la gran mayorÃa de los chilenos. Además, deja de manifiesto la importancia de la ética periodÃstica: sabemos que lo que se dice en los medios es una verdad casi absoluta, en especial si se trata de la televisión.
En fin. Sólo queda entender y aceptar (casi con resignación) que todo esto ocurrió en nuestro siglo, y que asà son las cosas hoy en dÃa. Pretender cambiarlas es iluso, pero entenderlas y mejorarlas en lo que se pueda es posible, y una obligación.
ALGO QUE DECIR?